Según un aviso del canal NatGeo, algo así como un 30% de la población mundial celebra el año nuevo la noche entre el 31 de Diciembre y el 1 de Enero.. Según mi estadística, de los siete que veíamos la televisión en ese momento, sólo uno se intereso, un poco más allá en el asunto, los otros seis, se olvidaron de inmediato.
El primer punto, es el hecho de pensar un poco lo que implica más o menos esta cifra, es decir, sólo un 30% del mundo celebra la navidad, por ejemplo, sólo un 30% del mundo esta en el año 2007. Lo más probable es que el otro 70% tenga nociones de lo que es Nuestra fiesta de año nuevo, lo que es Nuestra Navidad, lo que es Nuestro 2007. Pero ellos, la mayoría, el 70% vive arraigado en una tradición totalmente distinta.
No les parece increíble.
A mi, sí. Es que de verdad, creemos vivir en un mundo medianamente homogéneo, por lo que vemos a nuestro alrededor, por lo que aparece en la televisión, por lo que nos muestra internet, porque manejamos la misma tecnología, y hablamos de globalización. Pero entonces, cuando todo se ve tan parejo, te das cuenta de que tu mundo, es sólo una minoría, del total, es sólo un 30%, y hablamos del calendario, algo tan básico, algo que se da por sentado.
Entonces, se puede decir, bueno pero todos sabemos que hay muchos idiomas, y muchas escrituras, y eso también es básico, y esto lo entiendo, pero, por lo menos, y esta es una intuición, los hispano parlantes estamos acostumbrados a saber que nuestro idioma, no es el predominante, si bien buena parte del mundo lo habla, nos sentimos obligados a aprender otros.
Además nuestro siglo ha sido un siglo de secularización, por lo que las diferencias religiosas también parecen cosa pequeña.
Pero, y a esto un poco quería llegar, como puedo establecer un dialogo con alguien que esta en un año distinto que yo. Se puede, claro que se puede, pero aquí es donde entra un poco mi cuña, de saber que yo soy parte de sólo el 30% me hace convencerme aún más, de que no puedo, por ningún derecho imponer mi verdad al otro 70%. Y eso es algo que como occidentales nos cuesta entender.
Tenemos la soberbia de creer en nuestra razón, y olvidamos la humildad para escuchar las razones del resto, los otros. Otros que son indispensables para ser el 100%.